Como es bien sabido, la fabricación del papel poluciona tremendamente.
Aunque no todo el papel tiene el mismo impacto ambiental, pues los procesos de elaboración y su ciclo de vida son variables, por norma la producción de papel es sinónimo de contaminación.
El sector papelero es una industria que tiene mucho que mejorar, qué duda, cabe, pero no es menos cierto que reducir el consumo y optimizar el uso y reciclaje del papel es responsabilidad de todos. Aquí le explicamos cuál es el impacto ambiental de la fabricación y consumo del papel.

ADIÓS A LOS ÁRBOLES POR EL CONSUMO DE PAPEL
Es fácil reparar en la gran presencia del papel en nuestra sociedad. Desde la revolución que supuso la imprenta, y sobre todo los mass media, el papel está por tordas partes.
A ello hemos de añadir el boom de los envases y embalajes en general en los tiempos modernos. La era post industrial nos ha traído materiales de mil tipos, y el papel tiene un sinfín de aplicaciones como tales, así como en forma de folios y un sinfín de accesorios que usamos (y de los que a menudo abusamos) en la vida cotidiana.
Su consumo por habitante es de una media de varios cientos de kilos por habitante y año. En España, por ejemplo, cada español gasta una cantidad de papel equivalente a cuatro árboles de 12 metros de altura. Un consumo desmedido que varía de forma importante en cada país. Los japoneses o estadounidenses gastan el equivalente a seis árboles de 12 metros y los belgas más más de 8,5 árboles.
Uno casi se pregunta cómo es posible que todavía haya árboles sobre la faz de la Tierra. No en vano, según un reciente estudio de la Universidad de Yale al actual ritmo de deforestación a los árboles les queda un suspiro. En concreto, cada año se pierden 15.000 millones árboles, y si siguen así las cosas en 300 años los borraremos del planeta. Además, tengamos en cuenta que el consumo de papel es un indicador del desarrollo, con lo que el futuro pinta negro.

POR QUÉ FABRICAR PAPEL CONTAMINA AL MEDIO AMBIENTE
Además de ese consumo creciente a nivel mundial, paralelo al avance de los países en desarrollo, su fabricación representa una enorme fuente de contaminación.
Incluso llega a afectar al medio ambiente desde la misma plantación de árboles. Porque los bosques certificados no son todo lo sostenibles que parecen. Además de ocupar un suelo que podría dedicarse a la alimentación, de acuerdo con Greenpeace, se dispara el uso de herbicidas por la moda de utilizar semillas transgénicas para mejorar la gestión industrial de las plantaciones.
Por su parte, la fabricación de papel en sí es un contraejemplo de producción ecológica. Se consumen grandes cantidades de agua, energía y madera. A su vez, necesita muchos medios de transporte, con lo que su huella de carbono es elevada.
Todo esto tiene un impacto sobre el medio ambiente, y no solo porque se consumen muchos recursos naturales, sino por la polución que supone. La atmósfera y el agua se contaminan con químicos, afectando al entorno, como los ríos y ecosistemas adyacentes. Por lo tanto, todos los papeles polucionan y lo mejor sería no consumirlos. Y, cuando lo hagamos, elijamos aquellos que respeten dentro de lo posible el entorno.
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